El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu advirtió ‘a los escépticos’, (sic) que “alcanzar la paz con Palestina es difícil, pero posible", refiriéndose así a las negociaciones directas que comenzarán el próximo día 2 de septiembre en Washington,
"Sé que hay muchas dudas tras 17 años (de intentos), desde el inicio del Proceso de Oslo, y entiendo por qué existen. Esperamos calmar a los escépticos, pero para ello necesitamos un auténtico socio en la parte palestina para comunicarnos", dijo al iniciar la reunión semanal de Gabinete.
El pasado viernes, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, anunció que israelíes y palestinos comenzarán conversaciones directas de paz con mediación de la Casa Blanca el próximo 2 de septiembre en la capital norteamericana.
Al acto inaugural acudirán Netanyahu; el presidente palestino, Mahmud Abbas; el presidente egipcio, Hosni Mubarak; y el rey Abdala de Jordania, con quienes se reunirá un día antes por separado el presidente estadounidense, Barack Obama.
Netanyahu señaló que "las negociaciones requerirán que ambas partes hagan concesiones" y reiteró varias de sus exigencias rechazadas por los palestinos, como el reconocimiento de Israel como Estado judío o la negativa a que refugiados palestinos regresen a sus antiguos hogares en Israel.
"Si tenemos un socio, podemos alcanzar la paz en tres niveles. El primero, es en auténticos acuerdos de seguridad en el Estado de Israel. El segundo, el reconocimiento de Israel como el Estado del pueblo judío, incluyendo el asunto del derecho del retorno y la solución a los refugiados palestinos, que se encontraría en el futuro Estado palestino", argumentó.
El tercer nivel es el establecimiento de un Estado palestino, algo que, para Netanyahu, "requiere que sea desmilitarizado y que suponga el fin del conflicto, de forma que éste no continúe de ninguna otra manera".
"Un acuerdo significa poner fin al conflicto. Si se dan estos niveles, se puede lograr la paz", resumió.
Resultados en un año, pide el Cuarteto de Paz para Medio Oriente
Asimismo, el Cuarteto Diplomático para la Paz en Medio Oriente, integrado por la ONU, Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, instó a israelíes y palestinos a comprometerse en conversaciones directas, y a concluirlas en un plazo de un año.
El grupo internacional reiteró su apoyo a estas negociaciones, e informó que –también durante septiembre- se reunirá con los representantes de la Liga Árabe en la ciudad de Nueva York, con el fin de analizar los avances.
En un comunicado, el cuarteto recordó que las conversaciones bilaterales directas deberán “conducir a un acuerdo negociado entre las partes que ponga fin a la ocupación que empezó en 1967 y que dé lugar a la formación de un Estado palestino independiente, democrático y viable, que exista en condiciones de paz y seguridad con Israel y los demás vecinos”.
Por otra parte, estos países hicieron una vez más un llamado a ambas partes para mantener la calma y a evitar “acciones provocadoras y retórica inflamatoria”.
Los posibles obstáculos, de uno y otro lado
Varios ministros de su Gobierno, de mayoría derechista, expresaron su escepticismo ante el inminente proceso o advirtieron de que éste no debe llevar a Netanyahu a prorrogar la moratoria parcial de diez meses en la ampliación de los asentamientos judíos en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, que concluye a finales de septiembre.
Los palestinos temen que los asentamientos que Israel construyó en los territorios capturados tras la guerra de 1967 les nieguen la posibilidad de crear un Estado en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén del Este.
Gaza se encuentra ahora bajo el control de los islamistas del grupo Hamás, quienes rechazan los esfuerzos de paz impulsados por Estados Unidos.
Las charlas son el último capítulo en un proceso de paz que, tras ser interrumpido por los años de violencia registrados esta década, dio a los palestinos un autogobierno limitado, pero sin estado.
Las fronteras del estado palestino, el futuro de los asentamientos judíos en tierra ocupada y el destino de Jerusalén son los temas clave de los diálogos que no han podido ser resueltos en el pasado.