Myanmar (antes Birmania) celebrará sus primeras elecciones parlamentarias en dos décadas el próximo 7 de noviembre, según anunció la Junta Militar de esa nación a través de la televisión estatal.
Según fuentes internas, a estos comicios históricos podrían asistir unos 30 millones de ciudadanos
Sin embargo, al proceso no se podrá presentar el principal partido opositor, la Liga Nacional por la Democracia (LND), disuelto “por no haberse registrado a tiempo” y ha decidido en consecuencia boicotear la cita electoral debido al veto al que quedan sometidos los presos políticos
La líder de la LND, Suu Kyi, quien ha vivido bajo arresto domiciliario 13 de los últimos 19 años, llevó a la victoria a este partido en las elecciones celebradas en 1991, aunque los resultados electorales nunca ha sido reconocidos por los generales de la Junta Militar.
Además, otras fuerzas también han amenazado con no concurrir si la Junta Militar continúa intimidando a sus miembros.
Poca confianza interna y reservas internacionales
Los comicios son vistos por el movimiento pro-democracia como una farsa que únicamente persigue mantener en el poder a los uniformados, cuyos intereses defenderán al menos siete partidos vinculados al régimen.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han advertido a las autoridades de Myanmar que no aceptarán el resultado si la llamada a las urnas no transcurre de manera libre y transparente.
En Myanmar, la antes Birmania, permanece bajo una dictadura militar desde 1962, y no celebra elecciones desde 1991, cuando la LND arrasó pero los generales se negaron a aceptar los resultados.
La Junta Militar birmana es quizá la dictadura más férrea del mundo, que saltó a los medios de comunicación en septiembre de 2007 cuando los monjes budistas encabezaron protestas pacíficas y recibieron la peor de las represiones violentas ante este tipo de manifestaciones populares.