Esta semana, los miembros de la Comisión Ballenera Internacional se reúnen en Marruecos para votar sobre una propuesta que legalizaría la caza comercial de las ballenas por primera vez.
En Agadir, Marruecos, se celebra a partir de este lunes la 62 Conferencia de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), una entidad, formada por 88 países, que es la encargada de regular la caza de ballenas en el mundo.
En la reunión se espera una fuerte discusión en torno a la protección de estos cetáceos. El resultado de la votación dependerá del triunfo del "lobby" comercial ballenero, o bien de aquel de las voces de los ciudadanos del mundo.
Firmas para detener la masacre ballenera
Más de 650,000 ciudadanos ya han firmado la petición para proteger a las ballenas y se espera poder llegar a un millón.
En la cumbre en Marruecos, un equipo que representa a las organizaciones de base (los ciberactivistas de Avaaz y otras entidades) está colocando grandes carteles, publicando anuncios en los diarios, y armando un enorme contador que se actualizará constantemente con el número de firmas recogidas para la petición.
La idea es asegurar que, desde el momento en que se bajen del avión, los delegados nacionales reciban un mensaje atronador: que el mundo no aceptará la matanza legal de las ballenas.
Gracias al clamor público internacional, muchos gobiernos han expresado su rechazo a esta propuesta. Cada vez que la petición llegó a 100,000 firmas, el reporte fue entregado a la Comisión y a gobiernos claves y algunos, como el de Nueva Zelanda, han agradecido a todos los que han firmado.
Sin embargo, la presión a favor de la caza comercial de ballenas continúa siendo muy fuerte y ahora parece que otros gobiernos, especialmente en Europa y en América Latina, podrían abstenerse. La votación aún puede inclinarse hacia un lado o el otro.
Una prohibición que no es total y que algunos países aprovechan
La captura de ballenas, con fines comerciales, está prohibida por una moratoria de caza establecida por la CBI en 1982, y su aplicación es efectiva desde 1986.
Sin embargo, bajo la modalidad de caza con finalidad científica, y de caza aborigen (tradicional y de subsistencia) se siguen cazando en el mundo unas 2,000 ballenas por año .
A pesar de la prohibición actual, Japón, Noruega e Islandia continúan con la caza y la explotación comercial de las ballenas y están ejerciendo presión para que la propuesta de la Comisión sea lo más débil posible.
A partir de este 21 de junio, en el CBI comienza a discutirse una propuesta redactada por el presidente y el vicepresidente del organismo, que se propone como superadora de la situación actual, pero que es rechazada por los países con posturas conservacionistas y –al menos en lo que se supo hasta ahora– también por los países tradicionalmente cazadores (Japón, Noruega e Islandia).
La presión ciudadana mundial: la única esperanza para la prohibición total
A la espera de recibir permiso para cazar aún más ballenas, se ha sabido que Japón ha comprado el barco ballenero más grande en la historia de la nación.
La propuesta que está ahora sobre la mesa haría legal la caza comercial, pero plantearía cupos anuales decrecientes. Los países con posturas conservacionistas y las ONG ambientalistas se oponen al acuerdo.
El documento comienza a discutirse formalmente esta misma semana, pero la actividad de la conferencia se inició ya desde la semana pasada, con reuniones cerradas entre los países miembros
La presión ciudadana es la mejor esperanza. Al fin y al cabo fue un explosivo movimiento social en los años ochenta el que hizo posible el acuerdo que estableció la prohibición de la caza comercial que hoy se está tratando de proteger.
¡Ciberactúa! Firma aquí contra la matanza legal de ballenas