La descarga de basura por los barcos que transitan por la cuenca del Gran Caribe estará prohibida a partir del 1 de mayo de 2011, anunció hoy la Organización Marítima Internacional (OMI).
La decisión fue adoptada por esa agencia de la ONU en su última sesión anual.
De esa forma, la región se convierte en la sexta zona que se protege de los desechos que no sean materiales orgánicos y transportados por barcos que reúnan ciertas condiciones.
Las otras áreas que reciben este beneficio son el Mar Báltico, el Mar del Norte, la zona del Antártico, la zona del Golfo y el Mar Mediterráneo.
Veinticinco países ubicados en la región del Mar Caribe son parte del Convenio internacional MARPOL que prevé la contaminación producida por los buques, firmado en Noviembre de 1973.
Una noticia publicada en 2009 contaba el panorama anterior a esta protección:

Apenas el año pasado, diversos países afectados por la contaminación marítima de buques industriales y barcos de pasajeros volvían a llamar la atención sobre este problema, puesto que para que la protección internacional entrara en vigor, hacía falta que diversas naciones de la zona se pusieran de acuerdo.
Así lo relata el sitio “Nuestro mar”, que rescataba un reportaje de la agencia de noticias Associated Press sobre el tema:
“A millas de distancia de la costa, en las aguas abiertas del Mar Caribe, los buques de cruceros arrojan sus desechos sólidos, incluidos vidrios, trapos y envases de cartón".
En otros mares sin embargo, tales como el Báltico o el del Norte, los barcos tienen prohibido arrojar ese tipo de residuos, con excepción de los restos de comida.
¿Por qué esta diferencia? Muchos países con costas sobre los mares más frágiles del planeta, cumplen con una prohibición de las Naciones Unidas, que les demanda el tratamiento en tierra de la basura generada por los buques.
Las islas del Caribe, sin embargo, todavía no han adherido a la prohibición, con el argumento de que, simplemente no tienen capacidad para el tratamiento de los residuos en tierra. Sus gobiernos temen también que la prohibición mueva a los buques a buscar otros puertos de escala con menores exigencias.
“Nosotros no tenemos espacio para recibir nada de nadie”, afirmó Travis Johnson, funcionario del puerto de Saba, una isla de 1.500 habitantes que está construyendo un nuevo muelle para facilitar el amarre de cruceros más grandes.
En 1993, la Organización Marítima Internacional de las Naciones Unidas prohibió el vuelco de residuos sólidos en el Mar Caribe, un área mayormente cerrada en la que un rosario de islas bloquea las corrientes que transportarían las basuras al Océano Atlántico. Sin embargo, la medida no entrará en vigor hasta que el número necesario de países hayan informado sobre su capacidad de tratamiento de desechos provenientes de los cruceros. Dicha información ha sido hasta el momento retenida por la gran mayoría de las naciones de esa región.
Las Naciones Unidas promovieron la prohibición para proteger áreas que resultan vulnerables a causa del alto tráfico de buques o de su sensibilidad ecológica. Tal prohibición ya tiene efectos en la Antártida, el Mar Báltico, el Mar del Norte y el Golfo Pérsico, y se espera que entre en vigor en el Mediterráneo el próximo mes de mayo.
Los ambientalistas sostienen que los residuos volcados al océano pueden producir la muerte de muchas criaturas marinas, dañar la calidad del agua y alterar los ecosistemas mediante la generación de hábitats propicios para organismos oportunistas.
Ignorar la prohibición también tiene sus consecuencias negativas para el turismo. Parte de la basura arrojada al mar deriva hacia la costa por la acción de vientos y corrientes, contaminando las playas. En las islas Caimán por ejemplo, el gobierno ha podido identificar sobre sus costas, envases de cartón para leche, proveniente de un crucero que pasó frente a sus playas.
“Lo que usted arroja al mar, finalmente terminará en tierra” sostuvo Jeff Ramos, oficial del Servicio de Guardacostas de los EEUU, con base en Curaçao”
Para leer la noticia completa, visita la página de "Nuestro Mar"