Ante el intenso avance miliar estadunidense en Colombia - con el control de al menos siete bases militares colombianas - organizaciones sociales y personalidades democráticas del país decidieron actuar y fundar la "Coalición Colombia No bases".
El movimiento ya tiene la adhesión de más de 150 organizaciones colombianas que no aceptan la presencia de tropas extranjeras en su territorio, controlando a Colombia.
Este 8 de abril, en un acto público en la Capital Bogotá se hará oficialmente el lanzamiento de esta ‘coalición’, y será divulgado un documento con todas las firmas de quienes se oponen al control militar estadunidense, para fortalecer la lucha por la soberanía colombiana. Estarán presentes organizaciones sociales, dirigentes políticos e invitados internacionales que apoyan la causa de la "Coalición Colombia No bases"
Para hablar sobre la iniciativa y sus acciones, la agencia de noticias Adital (Noticias de América Latina y el Caribe) conversó con Enrique Daza, miembro del Comité propulsor de la Coalición Colombia No Bases, director del Centro de Estudios del Trabajo, y portavoz de la Red Colombiana de Acción Frente al Libre Comercio (Recalca)
- ¿Cómo fue la articulación para reunir a más de 150 organizaciones en contra de un tema tan urgente como es la implementación de bases estadounidenses en Colombia?
Enrique Daza: Es un proceso que comenzó incluso antes de firmarse el Acuerdo, el 30 de octubre de 2009. Porque el gobierno, a través de su entonces Ministro de Defensa y hoy candidato a la presidencia, Juan Manuel Santos, siempre negó que Colombia fuera a recibir la bases de Manta. Pero meses antes de la firma del acuerdo un medio de comunicación, la revista Cambio, dio detalles concretos sobre el Acuerdo que el gobierno nunca desmintió.
A partir de ese momento iniciamos una labor de denuncia, incluso con un debate en el Congreso de la República, en el que se puso en evidencia que el Acuerdo era para entregarle el control de, por lo menos, siete bases militares colombianas al ejército estadounidense. Y así fue: cuando se conoció el acuerdo, después de firmado, se develó que el ejército estadounidense podría hacer uso de esas siete bases y "las que sean necesarias", según lo indica el mismo documento.
Vimos entonces la necesidad de conformar una Coalición lo más amplia posible, de sectores democráticos, de carácter pacífico, de resistencia civil, para defender la soberanía. Es que no existe una agresión mayor a la soberanía de un país que el permitir que tropas extranjeras actúen sin control dentro de su territorio. Esa es la mayor claudicación que se pueda concebir, y en el caso colombiano ni siquiera fue producto de una derrota militar. No, ¡el propio gobierno la firmó!
Comenzamos a reunir a las organizaciones sociales más importantes y decidimos sacar un pronunciamiento que nos permitiera hablar con otras organizaciones y personalidades. Una vez reunimos las firmas, propusimos organizar un evento público en el que se lanzara la declaración y se conformara la Coalición Colombia No Bases.
Todo este proceso se ha realizado en el marco de la Gran Coalición Democrática, que es un espacio de articulación de las luchas sociales en Colombia, al que pertenecen las cuatro centrales sindicales del país, los partidos políticos de oposición y el grueso del movimiento social.
- El tema generó mucha polémica en toda América Latina. ¿Creen Ustedes que la repercusión tendrá resultados positivos y recibirá más adhesiones de la sociedad?
Enrique Daza: Cuando se instaló la base estadounidense en Manta, en 1999, la mayoría de los ecuatorianos la vieron como algo positivo. Incluso los habitantes de la isla se hicieron grandes ilusiones con las perspectivas económicas que esto podría generar. Quienes lucharon desde un comienzo por su expulsión enfrentaron grandes obstáculos, pero los mismos hechos provocados por esa presencia militar se encargaron de darles la razón. La Coalición No Bases Ecuador fue creciendo y adquiriendo más fuerza, sumando cada vez más sectores y fortaleciendo esa unidad. Tanto que fue un punto importante de la campaña presidencial que finalmente ganó Correa, y una de sus primeras decisiones más tarde como presidente. Hoy Ecuador no tiene bases militares estadounidenses, producto de la movilización social.
Creemos que en Colombia el tema va a coger mucha fuerza. Todavía falta el fallo de la Corte Constitucional, que no está asegurado. Pero si llega a ser a favor de las bases, es nuestra labor hacer que la mayoría de los colombianos comprendan las nefastas implicaciones que esto tendrá para su futuro y el de sus hijos. Para la economía, para el trabajo y para el control de las riquezas naturales que posee esta nación. Recordemos que no estamos hablando de cualquier ejército; es el ejército de la potencia militar más grande que ha existido en la historia, el mismo ejército que hoy tiene invadido a Iraq, Afganistán y que se aprovechó de un desastre natural para ocupar nuevamente a Haití.
Para enfrentar a esas bases se requiere la unidad de trabajadores, indígenas, afros, mujeres, estudiantes, empresarios nacionales, intelectuales, artistas y todos los colombianos que quieran luchar por su nación.
- A partir de su lanzamiento, ¿Cómo se dará el trabajo de la Coalición? Cuáles serán sus prioridades?
Enrique Daza: El 8 de abril realizaremos el lanzamiento oficial de la Coalición Colombia No Bases. Esa asamblea reunirá inicialmente a las organizaciones que firmaron la declaración, que será presentada ese día, pero estamos invitando a todas las demás que se quieran sumar. La naturaleza de la Coalición es clara: resistencia de la sociedad civil por la soberanía y la democracia. Después de ese día, la Coalición definirá una serie de eventos nacionales e internacionales en los que participará.
Esperamos contar con el apoyo de movimientos populares y de personalidades a lo largo y ancho del mundo. La prioridad es informar que el objetivo de esas bases no es el de la cooperación, como se ha querido mostrar, sino que la pretensión estadounidense es convertir a Colombia en una plataforma militar para controlar sus propias riquezas naturales y las de los demás países de la región. También para impedir el avance de procesos democráticos y anti-neoliberales en América Latina.