Los líderes europeos han acordado en Bruselas ofrecer una ayuda a los países pobres de 2,400 millones de euros anuales de 2010 a 2012, hasta llegar a un total de 7,200 millones de euros, como apoyo para su combate al cambio climático.

Esta cifra supera la meta que había calculado el Consejo Europeo en octubre pasado, y que situaba la financiación mundial para este periodo entre 5,000 y 7,000 millones de euros en tres años.
Con esta decisión, la Unión Europea (UE) espera desbloquear las negociaciones de la Cumbre de Copenhague sobre el clima, y presionar a Estados Unidos y a otras potencias como Japón y Australia para que también sumen una aportación económica.
Todos los países de la UE contribuirán a esta aportación, incluso los que se encuentran en una situación económica difícil como Grecia o Bulgaria.
El mayor desembolso lo realizarán Francia, Reino Unido y Alemania, que han anunciado una contribución de 1,200 millones de euros para el trienio (unos 400 millones al año).
La aportación de Suecia se eleva a 800 millones, la de Italia a 600 millones y la de Austria a 120 millones. España por su parte, proporcionará 375 millones de euros en los tres próximos años.
Con respecto al objetivo de reducción de emisiones de aquí a 2020 en relación con los niveles de 1990, los líderes europeos han reiterado su oferta de aumentar del 20% al 30% esta rebaja, con la condición de que otros países desarrollados "se comprometan a reducciones de emisiones comparables y que los países en desarrollo contribuyan suficientemente con arreglo a sus responsabilidades y capacidades respectivas".