La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por primera vez, y mediante una votación histórica en Estados Unidos, un proyecto de ley que pretende establecer un sistema de salud casi universal para ese país.
Si el proyecto se convierte en ley, la sanidad de Estados Unidos puede dar un giro de 180 grados, ya que la aprobación de un proyecto de ley de la reforma sanitaria, permitiría que el 96% de los estadounidenses tenga cobertura médica asegurada, una cifra no alcanzada nunca.
Esta reforma situará a Estados Unidos a "un paso más cerca" de una sanidad de calidad para los americanos. "Ahora ha llegado el momento de acabar el trabajo", dijo Barack Obama.
Victoria justa pero suficiente

El Partido Demócrata ha superado por la mínima los votos necesarios para sacar adelante el proyecto (220 a favor, sólo dos más de los necesarios, por 215 en contra) en la Cámara baja.
Votaron en contra 176 republicanos (sólo uno lo apoyó), así como 39 demócratas de orientación moderada, la mayoría de distritos conservadores del sur del país.
La reforma del sistema sanitario que pretende dar cobertura a la práctica totalidad de los norteamericanos y quitar poder a las compañías aseguradoras, está aún pendiente del voto del Senado, por lo que la victoria de Obama todavía no es total.
Revolución social en Estados Unidos
La propuesta aprobada, de casi 2,000 páginas, prevé extender la cobertura a 36 millones de estadounidenses sin seguro de salud, de los más de 46 millones que carecían de él en 2008.
Los ciudadanos estarían obligados a pagar las mensualidades a aseguradoras privadas o a un plan público, con la ayuda de subsidios, sin pena de multas.
El sistema conlleva un coste de 1.1 billones de dólares durante 10 años, pero los demócratas mantienen que ese gasto será totalmente compensado con una subida de impuestos a los ricos, la reducción de algunas exenciones fiscales para grandes empresas, y una tasa sobre los aparatos médicos.