Las principales organizaciones de periodistas y de defensa de la libertad de expresión, entre ellas la FIP, RSF y el CPJ, han condenado hoy el brutal asesinato del reportero Christian Poveda cuando ultimaba un reportaje sobre las pandillas urbanas, conocidas como “maras”, en un barrio marginal de San Salvador.
Desde Bruselas, Paco Audije ha informado que la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y su organización regional, la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC) han expresado su condena más enérgica por el asesinato de Christian Poveda.
“Este fotoperiodista trataba de mostrar siempre el lado más oscuro de la pobreza y cómo germina ahí la violencia. Él creía firmemente que su trabajo podía ayudar en la reinserci

Audije ha agregado que la FIP y la FEPALC toman nota de la condena del propio presidente, Mauricio Funes, y de las autoridades salvadoreñas, quienes han prometido agilizar la investigación para localizar y castigar a los culpables.
La profesión pierde a un hombre de fuertes convicciones humanistas junto con un gran rigor periodístico
Desde París, Benoît Hervieu, portavoz de Reporteros Sin Fronteras para América, ha declarado que “en España, en Francia, en Latinoamérica y en otros lugares, toda la profesión lleva el luto de un compañero que ha pagado con su vida el precio de su trabajo al servicio de la información”.
Buen amigo de Christian Poveda, el periodista Alain Mingam, miembro del consejo de administración de Reporteros sin Fronteras, recuerda:
"Christian era hijo de republicanos españoles refugiados en Francia. Sus convicciones humanistas, que siempre mantuvo, también le venían de sus orígenes. Christian realizó reportajes en Chile bajo la dictadura de Pinochet, en Nicaragua y en El Salvador. Estaba muy comprometido con sus temas pero no era un hombre de ideas preconcebidas. Precisamente, sus ideas humanistas iban acompañadas con un gran rigor profesional. Tenía una conducta auténtica, una facultad increíble para meterse en el universo que grababa, en unos temas tan diversos como el Sida en Francia, el colectivo Ras l'Front o las Maras salvadoreñas. Para él, la fuerza del montaje superaba la fuerza del comentario. Así era como restituía la humanidad de individuos como los 'mareros', por muy monstruosos que fueran sus actos. La implicación personal de Christian en su tema le permitió incluso que las bandas se acercasen a él, con la esperanza de convertirlo en un 'mediador'."
El CPJ pide una investigación exhaustiva y enjuiciar a todos los responsables. Desde Nueva York, Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del Comité de Protección de los Periodistas (CPJ), ha instado a las autoridades de El Salvador a conducir “una investigación pronta y exhaustiva sobre el crimen y a enjuiciar a todos los responsables”.
Recorrido de un hombre de riesgo
Christian Gregorio Poveda Ruiz nació en Francia el 12 de enero de 1955. Fue conocido como fotoperiodista con un reportaje sobre la lucha del Frente Polisario, en el Sahara Occidental. Más tarde, publicó
muchos reportajes y documentales, presentados en festivales y difundidos por varias televisiones.
Christian Poveda viajó por primera vez a El Salvador en los años 1980 para cubrir la guerra civil (1980-1992), como fotógrafo para el Time Magazine y como corresponsal de prensa para varios medios de comunicación franceses y otras agencias internacionales. En los años 1990 volvió a ir, interesado por el fenómeno de las bandas armadas. A su vez, cubrió las guerras de Irán, de Iraq y de Líbano.

La Vida Loca
Difundido por primera vez en 2008, el documental "La Vida Loca" dedicado a la "Mara 18" fue realizado por Christian Poveda tras dieciséis meses tratando con las bandas del barrio "La Campanera", al este de San Salvador.
Esas imágenes son ásperas, molestas: miembros de las bandas abatidos en mitad de la calle, cadáveres de adolescentes, parientes llorando encima de los ataúdes, mujeres con el rostro cubierto con tatuajes.
Según los medios de comunicación locales, Christian Poveda fue testigo de siete homicidios durante el rodaje. Tres de los asesinados formaban parte de los protagonistas del documental y otros miembros de "Mara 18", que aparecían en la película, fueron arrestados durante la realización del documental.
"La Vida Loca" también es un testimonio crítico de los duros métodos empleados por la policía contra esa juventud perdida. Sutil, admite de las bandas aterrorizan pero también describe a los jóvenes mareros como unos seres cautivadores y representativos de las grietas de la vida familiar.
Tiene como objetivo mostrar cómo las condiciones socioeconómicas, según él descuidadas, llevan a los jóvenes salvadoreños hacia el crimen.
"Debemos entender por qué un niño de 12 o 13 años se une a una banda y entrega su vida por ésta", declaraba Christian Poveda en una entrevista para el diario salvadoreño en línea El Faro. Ya difundida en varios países como España, México, Argentina, Alemania y Hungría, la película nunca se ha exhibido en las salas de cine en El Salvador.