La Oficina en Colombia de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos y el conjunto de organizaciones del Sistema de las Naciones Unidas en Colombia condenaron enérgicamente el asesinato de al menos siete personas ocurrido en el municipio de Nariño.
Seis de ellas – cuatro niños y sus padres - eran indígenas Awá, residentes de este municipio situado en el resguardo indígena Gran Rosario, municipio de Tumaco (Nariño).
El representante de la Alta Comisionada en el país, Christian Salazar, destacó que es la segunda masacre contra ese pueblo indígena en los últimos seis meses.
De acuerdo con los primeros datos recibidos, un grupo de personas encapuchadas dispararon contra una vivienda ubicada en el resguardo. Entre los fallecidos se encuentran tres niños de 7, 12 y 13 años y una niña de 9 años, así como sus padres.
Salazar indicó que, entre enero y julio de este año, han sido asesinados 62 indígenas, un incremento del 72% comparado con el mismo periodo del año anterior.
Agregó que “la gravedad de estos hechos exige una respuesta estatal inmediata, inequívoca y efectiva”.
Las autoridades tienen la obligación de investigar los hechos, juzgar y sancionar a los responsables de esta masacre para que no quede en la impunidad, acotó Salazar.
Como consecuencia del conflicto armado interno, las condiciones de vida de los indígenas se han deteriorado, a lo que se suma la pérdida de identidad cultural y el impacto del desplazamiento forzado.