
Según un comunicado de prensa emitido por HRW, en Sri Lanka "hay unos 150.000 civiles que están en situación de grave riesgo por los enfrentamientos y la escasez de alimentos que hay en la zona de guerra del noreste". La organización de derechos humanos ha instado al gobierno del país y a la guerrilla separatista del Ejército de Liberación de los Tigres Tamiles (LTTE) a acordar un plan de acción para evacuar a los civiles de Vanni, una de las zonas que más está sufriendo un conflicto que, según HRW, en los últimos dos meses ha acabado con la vida de 2.000 personas.
Por su parte, en declaraciones a la BBC, el director de operaciones para el sur de Asia del Comité Internacional de la Cruz Roja, Jacques de Maio, afirmó que se trata de uno de los peores desastres que ha presenciado. De Maio reforzó la tesis del desalojo masivo de la población. De este modo, "se podría evitar de manera relativamente fácil todo el sufrimiento innecesario y las muertes que están produciéndose", manifestó.
La preocupación por la situación de los civiles en Sri Lanka llegó ayer hasta la sede de las Naciones Unidas. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, expresó su profunda preocupación por su deterioro y deploró la creciente cantidad de muertes en las áreas de combate, entre las que se incluye un alarmante número de menores, dijo.
“Es imprescindible poner fin urgentemente a este conflicto, y así evitar más pérdidas humanas”, enfatizó el Secretario General. En ese sentido, reiteró su llamado al gobierno de Sri Lanka y al movimiento Tigres de Liberación Tamil Elam a suspender las hostilidades, e instó a las autoridades a hacer esfuerzos serios por resolver las causas subyacentes del conflicto.